Ojo con las dietas llenas de «falsos amigos», porque quizás nos llevemos una sorpresa al subirnos a la báscula y veamos que en realidad hemos engordado. Si eres de esas personas que llenan la despensa de alimentos ‘light’, convencidas de estar a salvo de los michelines, tenemos malas noticias. «Algunos estudios apuntan a que el consumo de alimentos light puede incrementar el aporte de energía en la dieta, sobre todo con alimentos superfluos», sentencia Manuel Moñino, dietista-nutricionista del área de gestión del conocimiento científico de la Academia Española de Nutrición y Dietética y presidente del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Illes Balears.
Veamos que ocho alimentos son traicioneros en nuestra dieta:
1- Los 0% materia grasa.
La etiqueta 0% M.G. (abreviatura de «materia grasa») en el envase de un lácteo es uno de los reclamos más potentes. Consumirlo no es un problema en sí mismo, lo malo es que, para aumentar la palatabilidad del producto, se le añaden azúcares; y luego vamos nosotros y le añadimos más endulzantes. Moñino aconseja por tanto añadir frutas frescas o desecadas.
2- Ensaladas envasadas.
Los complementos y aliños que acompañan a estas ensaladas son deliciosos pecados, la cebolla frita, las tiras de bacon, las salsas deliciosas… Pecaditos con suficientes calorías como para pegarnos una tarde en el gimnasio. «Si elegimos este tipo de ensaladas, lo mejor es aliñarlas simplemente con aceite de oliva virgen extra» revela Moñino.
3- El pan sin miga el eterno debate.
Aunque te parezca mentira la opción más adecuada es el pan tradicional, especialmente el integral. Moñino señala que «el pan sin miga tiene más energía que el pan fresco debido a que apenas contiene agua y la receta suele incluir algún tipo de grasa vegetal».
4- Nos encanta el sushi.
Ojo con esto; para compensar el fuerte sabor del pescado, al arroz se le añade azúcar, algo que en principio no tiene mayor importancia. «En el marco de una alimentación saludable no es un problema, ya que las cantidades que se suelen comer de forma habitual de esta preparación no son elevadas. Es una opción más recomendable que otros platos a base de carnes con guarniciones de patatas fritas, por ejemplo» aclara Moñino. En cuanto a las propiedades nutricionales del alga, lo más probable es que ni las cates. Si tu árbol genealógico no ha salido de la vieja Europa, tu intestino no dispone de la bacteria Bacteroides plebeius ni de unas enzimas (las porfirasas) que sí habitan en el tracto intestinal de los japoneses y que les permiten asimilar los nutrientes de las algas. No todo el sushi engorda, no, pero tampoco es la panacea.
5- Patatas light, la nueva mentira.
La industria del aperitivo goza de un fantástico equipo creativo, han logrado eliminar el apellido «fritas» y en su lugar han acuñado el de «light». Una estrategia que confunde al consumidor ya que hasta la misma patata parece más ligera. Y ahí está la trampa: que no deje churretones de aceite y sal como las de la churrería no significa que se puedan engullir a discreción. «Si unas patatas fritas de bolsa tienen una 550 kilocalorías por 100 gramos, las light tendrían al menos 385. Estas cifras implican aún un contenido energético considerable como para tomar una cantidad elevada. Y mucho menos para incluirlas en nuestra alimentación habitual», advierte el dietista-nutricionista.
6- Galletitas light.
Volvemos a vernos las caras con una de las palabras más de moda, y para que quede claro, light no significa sin calorías. Solo significa «un poco menos» dentro de un panorama bastante calórico. «Reducir un 30% de las calorías suavizando el contenido de grasas o de azúcares no las convierte en una opción saludable. Peor aún si, con la excusa de que son light, se aumenta su consumo. Son alimentos que jamás deben formar parte de nuestra alimentación habitual», subraya el académico.
7- La mermelada engorda, no te dejes engañar.
Un estudio de la OCU revela que una mermelada light (con azúcar y edulcorantes) contiene unos 35 gramos de azúcares por cada 100 gramos, frente a los 50 gramos de una mermelada normal. Aunque no lleve azúcares añadidos, la fruta ya tiene los suyos propios. La mermelada es una de las causas por las que más engordan los españoles. Debemos entender que el hecho de tener menos calorías no hará que no engordemos con ella.
8- Nuestra querida miel.
El azúcar blanco dejó de ser indispensable y paso a estar en tercer plano, su lugar lo han ocupado otros endulzantes y, habitualmente, con la falsa coletilla de «saludables», que, por algún extraño mecanismo mental, se interpreta como «esto no engorda». Son opciones similares al azúcar como edulcorante. Tal vez, con un contenido calórico ligeramente menor, o con un bajo nivel de refinado, pero siempre serán azúcares añadidos y deben controlarse en la dieta habitual», señala el experto. Puede que la miel, el agave y la panela sean sanos, pero también engordan.
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